Consejos de salud: El deterioro cognitivo en la vejez es prevenible

Para los que somos mayores de 60 años, dos preguntas probablemente dominan nuestra “lista de preocupaciones”: 1) ¿Voy a sobrevivir el covid- 19? y 2) si vivo mucho tiempo, ¿podré mantener mi cerebro funcionando?

La salud pública tiene consejos muy precisos en cuanto a la prevención del covid-19: usar máscaras adecuadas, mantener la distancia física, lavarse las
manos, evitar reuniones riesgosas en lugares cerrados y obtener la vacuna lo antes posible. Sin embargo, hasta ahora nuestro sistema de salud pública ha dado consejos mucho menos precisos sobre la salud cerebral y la prevención de la demencia para las personas mayores, a pesar del hecho de que según la Asociación de Alzheimer (Norteamericana) más de 50 millones de personas viven con demencia en el mundo.

Durante 2019 y 2020, la comunidad de Salud Pública recibió una avalancha de actividades con recomendaciones de intervenciones para la prevención de la demencia:

• Reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia: Directrices de la OMS 1
• Prevención, intervención y atención de la demencia: Informe de 2020 de la Comisión Lancet 2

Estas directrices se basan en una serie de estudios que han producido resultados muy esperanzadores. Por lo tanto, para este artículo, hemos optado por resumir una intervención probada en Finlandia: “El estudio finlandés para prevenir el deterioro cognitivo y la discapacidad” (FINGER por sus siglas en inglés) y destacar consejos útiles de las directrices publicadas por la OMS y la Comisión Lancet.

¿Qué es el estudio FINGER?

El estudio FINGER se propuso cuestionar la eficacia de una intervención multifacética de estilo de vida, incluyendo orientación sobre dieta saludable, actividad física, entrenamiento cognitivo y monitoreo y manejo de factores de riesgo metabólicos y vasculares en la prevención de la demencia. El grupo de control recibió consejos generales de salud. El grupo de intervención recibió un conjunto específico de intervenciones. El estudio de intervención comenzó en 2012 y duró 2 años; los participantes fueron seguidos regularmente a partir deentonces.3 La conclusión del estudio fue que el grupo que recibió el programa FINGER mejoró más en las pruebas de cognición independientemente de su nivel sociodemográfico y socioeconómico o de su rendimiento cognitivo basal.4

Además de los beneficios cognitivos, la calidad de vida relacionada con la salud y el funcionamiento físico se mantuvo mejor en el grupo que recibió el programa FINGER. Como resultado de los resultados muy alentadores del estudio, la Asociación Internacional de Alzheimer ha lanzado una iniciativa FINGERS mundial, en colaboración con el Finish Institute
5. El propósito de la colaboración WW-FINGERS es probar en todo el mundo los efectos de las intervenciones de estilo de vida multifacético estudiadas en Finlandia en la salud del cerebro y la prevención de la demencia.

¿Qué es el programa FINGER basado en evidencia?

Es un programa de intervención de estilo de vida multifacético centrado en cuatro componentes:
▪ Nutrición: las pautas nutricionales en FINGER se basan en las recomendaciones nacionales y el asesoramiento por parte de nutricionistas. El programa incluyó tres reuniones con cada individuo y siete sesiones grupales.
▪ Ejercicio: se basa en directrices internacionales que implican fortalecimiento muscular, ejercicio aeróbico y ejercicios para mantener y mejorar el equilibrio postural. El entrenamiento de fuerza muscular se llevó a cabo en el gimnasio durante los primeros seis meses, guiado por fisioterapeutas. Se planeó entrenamiento aeróbico individual con cada persona, basado en actividades que los participantes preferían y realizaban en forma independiente. Además, se ofrecieron actividades grupales aeróbicas como caminar, trotar, gimnasio acuático y gimnasia.
▪ Entrenamiento cognitivo y activación social: Esta intervención se implementó a través de 10 sesiones grupales, de 60 a 90 minutos, dirigidas por un psicólogo, junto con formación individualizada, utilizando un programa de cómputo. Se estimularon actividades sociales por medio de numerosas reuniones grupales.
▪ El manejo de los factores de riesgo vascular se realizó a través de controles regulares de salud. Los proveedores de salud utilizaron las normas nacionales para la hipertensión, la dislipidemia6 y la diabetes.

Lecciones aprendidas del estudio FINGER:

FINGER ha demostrado que cualquier cosa que podamos hacer para mejorar la salud del corazón también es buena para nuestra salud cerebral. Lo que comemos, cuánto comemos, lo que hacemos o no hacemos, y cuánto nos mantenemos mentalmente activos, contribuye significativamente al número de años libres de demencia que viviremos.

Si el objetivo es vivir más tiempo sin demencia, entonces invertir en asesoramiento nutricional, seguir una dieta mediterránea, mantener la fuerza muscular, y controlar la salud del corazón, no sólo son cosas buenas para hacer, sino que son recetas esenciales para la salud del cerebro. Esto no garantiza la vida libre de demencia, pero, según la investigación, pospondrá la aparición del deterioro cognitivo y la demencia.

La conclusión más alentadora de FINGER es que el costo-beneficio de una vida saludable en la vejez parece ser obvio: una vida más larga libre de demencia.

Las Directrices de la OMS se publicaron en 2019. El Prólogo de esta publicación afirma que “si bien no existe un tratamiento curativo para la demencia, el manejo proactivo de los factores de riesgo modificables puede retrasar o hacer más lenta la aparición o la progresión de la enfermedad” (la cursiva es mía). Este es un mensaje importante porque, por ejemplo, en los Estados Unidos la edad promedio estimada de inicio de demencia es de 83,7 años7 por lo que si podemos posponer la aparición de demencia por cinco años, lograremos una ganancia de esperanza de vida libre de demencia, lo que es extremadamente significativa tanto para los individuos como para sus familias. Las Directrices de la OMS, de conformidad con las conclusiones del estudio FINGER, proporcionan orientación sobre la actividad física y la nutrición las que se resumen a continuación.

1. Actividad Física: Los adultos mayores de 65 años deben hacer al menos 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada durante toda la semana. Este es el objetivo, pero empezamos desde donde estemos: tal vez con 1 minuto de actividad aeróbica de intensidad moderada. Esto podría significar caminar o bailar 1 minuto de cada hora que estemos despiertos, progresando hasta la meta final de 150 minutos durante la semana. Además, para prevenir caídas, se sugiere añadir ejercicios que mejoren el equilibrio y la postura. Si ya sufre de problemas de equilibrio, el plan podría incluir una consulta con un fisioterapeuta para personalizar los ejercicios a sus necesidades.

2. Directrices nutricionales: A todos los adultos se les recomienda una dieta sana y equilibrada, basada en las recomendaciones de la OMS para una dieta saludable.

• Frutas, hortalizas, legumbres, leguminosas (tales como lentejas, frijoles, garbanzos), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, maíz sin procesar, mijo, avena, trigo, arroz integral).

• Al menos 400g (cinco porciones) de frutas y verduras al día. Las patatas, batatas, yuca y otras raíces almidonadas no están clasificadas como frutas o verduras.

• Menos del 10% de ingesta total de energía de azúcares libres que equivale a 50g (o alrededor de 12 cucharaditas a ras) para una persona con peso corporal saludable, consumiendo aproximadamente 2.000 calorías por día, pero idealmente menos del 5% de la ingesta total de energía para beneficios adicionales para la salud. La mayoría de los azúcares libres son añadidos a alimentos o bebidas por el fabricante, cocinero o consumidor, y también se pueden encontrar en azúcares presentes naturalmente en la miel, jarabes, jugos de frutas y concentrados de jugo de frutas.

• Menos del 30% de ingesta total de energía proveniente de grasas. Las grasas no saturadas (que se encuentran en pescado, aguacate, frutos secos, girasol, canola y aceites de oliva) son preferibles a las grasas saturadas (que se encuentran en la carne grasa, mantequilla, aceite de palma y coco, crema, queso, mantequilla clarificada y manteca de cerdo) y las grasas trans de todo tipo, incluyendo tanto las grasas trans producidas industrialmente (que se encuentran en alimentos procesados, comida chatarra, “snacks”, comida frita, pizza congelada, pasteles, galletas, obleas, margarinas y queso crema) como las grasas trans de rumiantes (que se encuentran en la carne y los alimentos lácteos de animales rumiantes, como vacas, ovejas, cabras, camellos y otros). Se sugiere reducir la ingesta de grasas saturadas a menos de 10% de la ingesta total de energía y las grasas trans a menos de 1% de la ingesta total de energía. En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y deben evitarse.

• Menos de 5g de sal (aproximadamente 1 cucharadita) por día y use sal yodada.
3. Entrenamiento cognitivo y actividad social: La OMS concluyó que, para los adultos mayores, los efectos deseables de la intervención superaban los efectos secundarios indeseables y, por lo tanto, proporcionaban una recomendación condicional para la formación cognitiva. Socializar con familiares y amigos fue reconocido como un predictor de bienestar a lo largo de la vida, mientras que la soledad se asoció con tasas más altas de demencia. Sin embargo, la OMS llegó a la conclusión de que las pruebas siguen siendo demasiado inconclusas para proporcionar una recomendación específica para la formación cognitiva o la actividad social.

4. Gestión de las enfermedades cardíacas y la diabetes: debe ofrecerse a los adultos de acuerdo con las directrices existentes de la OMS.

Prevención, intervención y atención de la demencia: Informe de 2020 de la Comisión Lancet

La Comisión Lancet adopta un enfoque de vida para la prevención. En otras palabras, “nunca es demasiado pronto y nunca es demasiado tarde en el curso de la vida para la prevención de la demencia”. La Comisión también hace hincapié en que la cultura, la pobreza y la desigualdad pueden ser factores clave para tener en cuenta en la lucha contra la demencia.

Desde su enfoque de curso de vida, la Comisión Lancet enumera nueve cosas que las personas y las comunidades pueden hacer para prevenir o retrasar hasta un 40% de las demencias:

1. Tratar de controlar la presión arterial alta
2. Fomentar el uso de audífonos para la pérdida auditiva
3. Reducir la exposición a la contaminación del aire y al humo del tabaco de segunda mano
4. Prevenir lesiones en la cabeza
5. Limitar el consumo de alcohol
6. Apoyar la interrupción del tabaquismo
7. Proporcionar a todos los niños educación primaria y secundaria
8. Reducir la obesidad y las condiciones relacionadas con la diabetes
9. Mejorar la calidad del sueño

Conclusiones:

Las directrices recientes de salud pública hacen hincapié en que la prevención es posible y es clave para alcanzar más años de vida libres de demencia. Las medidas preventivas recomendadas son buenas para el cerebro y son clave para una vejez más saludable. Nunca es demasiado tarde para empezar, pero es difícil romper viejos hábitos. Por lo tanto, aprender la ciencia de los “hábitos” y fortalecer nuestra autoeficacia, por ejemplo, la confianza en que podemos controlar nuestras acciones, puede ser un primer paso en nuestro plan de acción para desarrollar un cerebro más saludable a medida que continuamos añadiendo años a nuestro calendario. Kate Lorig, RN, DPH de la Universidad de Stanford ha desarrollado un programa basado en evidencia para ayudar a los adultos a hacer cambios al estilo de vida, incluso cuando viven con múltiples condiciones crónicas. El programa está disponible en 18 idiomas y se puede comenzar leyendo el libro “Tomando Control de su Salud”, disponible en formato impreso, electrónico y en formato de audio8. N

Autora: Martha Pelaez PhD. Tomado del Boletin de laAsociación De Ex Funcionarios De La OPS/OMS. vol. XXXII No.1 marzo 2021. Pag. 20-24

Bibliografía

1 Organización Mundial de la Salud (OMS). https://www.who.int/mental_health/neurology/dementia/guidelines_risk_reduction/en/: OMS: Ginebra, Suiza, 2019.

2 https://www.thelancet.com/article/S0140-6736(20)30367-6/fulltext

3 https://thl.fi/en/web/thlfi-en/research-and-expertwork/projects-and-programmes/finger-research-project

4 Rosenberg Anna, et at. “La intervención de estilo de vida multifacético beneficia a una gran población de edad avanzada en riesgo de deterioro cognitivo y demencia, independientemente de las características basales: El ensayo FINGER” Alzheimer y Demencia 14 (2018) 263-270.

5 https://www.alz.org/wwfingers/overview.asp

6 Una dislipidemia o dislipemia es un trastorno cuantitativo o cualitativo de los lípidos y lipoproteínas en la sangre.

7 Fishman, Ezra ‘Risk of Developing Dementia at Older Ages in the United States’ en Demography, 2017 Oct: 54(5) 1897-1919

8 https://www.bullpub.com/tomando-control-de-su-salud-5th-edition-g.html

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