Dr. Parodi

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julio 15, 2021 por Dr. Parodi Deja tu comentario

Consejos de salud: El deterioro cognitivo en la vejez es prevenible

Para los que somos mayores de 60 años, dos preguntas probablemente dominan nuestra «lista de preocupaciones»: 1) ¿Voy a sobrevivir el covid- 19? y 2) si vivo mucho tiempo, ¿podré mantener mi cerebro funcionando?

La salud pública tiene consejos muy precisos en cuanto a la prevención del covid-19: usar máscaras adecuadas, mantener la distancia física, lavarse las
manos, evitar reuniones riesgosas en lugares cerrados y obtener la vacuna lo antes posible. Sin embargo, hasta ahora nuestro sistema de salud pública ha dado consejos mucho menos precisos sobre la salud cerebral y la prevención de la demencia para las personas mayores, a pesar del hecho de que según la Asociación de Alzheimer (Norteamericana) más de 50 millones de personas viven con demencia en el mundo.

Durante 2019 y 2020, la comunidad de Salud Pública recibió una avalancha de actividades con recomendaciones de intervenciones para la prevención de la demencia:

• Reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia: Directrices de la OMS 1
• Prevención, intervención y atención de la demencia: Informe de 2020 de la Comisión Lancet 2

Estas directrices se basan en una serie de estudios que han producido resultados muy esperanzadores. Por lo tanto, para este artículo, hemos optado por resumir una intervención probada en Finlandia: «El estudio finlandés para prevenir el deterioro cognitivo y la discapacidad» (FINGER por sus siglas en inglés) y destacar consejos útiles de las directrices publicadas por la OMS y la Comisión Lancet.

¿Qué es el estudio FINGER?

El estudio FINGER se propuso cuestionar la eficacia de una intervención multifacética de estilo de vida, incluyendo orientación sobre dieta saludable, actividad física, entrenamiento cognitivo y monitoreo y manejo de factores de riesgo metabólicos y vasculares en la prevención de la demencia. El grupo de control recibió consejos generales de salud. El grupo de intervención recibió un conjunto específico de intervenciones. El estudio de intervención comenzó en 2012 y duró 2 años; los participantes fueron seguidos regularmente a partir deentonces.3 La conclusión del estudio fue que el grupo que recibió el programa FINGER mejoró más en las pruebas de cognición independientemente de su nivel sociodemográfico y socioeconómico o de su rendimiento cognitivo basal.4

Además de los beneficios cognitivos, la calidad de vida relacionada con la salud y el funcionamiento físico se mantuvo mejor en el grupo que recibió el programa FINGER. Como resultado de los resultados muy alentadores del estudio, la Asociación Internacional de Alzheimer ha lanzado una iniciativa FINGERS mundial, en colaboración con el Finish Institute
5. El propósito de la colaboración WW-FINGERS es probar en todo el mundo los efectos de las intervenciones de estilo de vida multifacético estudiadas en Finlandia en la salud del cerebro y la prevención de la demencia.

¿Qué es el programa FINGER basado en evidencia?

Es un programa de intervención de estilo de vida multifacético centrado en cuatro componentes:
▪ Nutrición: las pautas nutricionales en FINGER se basan en las recomendaciones nacionales y el asesoramiento por parte de nutricionistas. El programa incluyó tres reuniones con cada individuo y siete sesiones grupales.
▪ Ejercicio: se basa en directrices internacionales que implican fortalecimiento muscular, ejercicio aeróbico y ejercicios para mantener y mejorar el equilibrio postural. El entrenamiento de fuerza muscular se llevó a cabo en el gimnasio durante los primeros seis meses, guiado por fisioterapeutas. Se planeó entrenamiento aeróbico individual con cada persona, basado en actividades que los participantes preferían y realizaban en forma independiente. Además, se ofrecieron actividades grupales aeróbicas como caminar, trotar, gimnasio acuático y gimnasia.
▪ Entrenamiento cognitivo y activación social: Esta intervención se implementó a través de 10 sesiones grupales, de 60 a 90 minutos, dirigidas por un psicólogo, junto con formación individualizada, utilizando un programa de cómputo. Se estimularon actividades sociales por medio de numerosas reuniones grupales.
▪ El manejo de los factores de riesgo vascular se realizó a través de controles regulares de salud. Los proveedores de salud utilizaron las normas nacionales para la hipertensión, la dislipidemia6 y la diabetes.

Lecciones aprendidas del estudio FINGER:

FINGER ha demostrado que cualquier cosa que podamos hacer para mejorar la salud del corazón también es buena para nuestra salud cerebral. Lo que comemos, cuánto comemos, lo que hacemos o no hacemos, y cuánto nos mantenemos mentalmente activos, contribuye significativamente al número de años libres de demencia que viviremos.

Si el objetivo es vivir más tiempo sin demencia, entonces invertir en asesoramiento nutricional, seguir una dieta mediterránea, mantener la fuerza muscular, y controlar la salud del corazón, no sólo son cosas buenas para hacer, sino que son recetas esenciales para la salud del cerebro. Esto no garantiza la vida libre de demencia, pero, según la investigación, pospondrá la aparición del deterioro cognitivo y la demencia.

La conclusión más alentadora de FINGER es que el costo-beneficio de una vida saludable en la vejez parece ser obvio: una vida más larga libre de demencia.

Las Directrices de la OMS se publicaron en 2019. El Prólogo de esta publicación afirma que «si bien no existe un tratamiento curativo para la demencia, el manejo proactivo de los factores de riesgo modificables puede retrasar o hacer más lenta la aparición o la progresión de la enfermedad» (la cursiva es mía). Este es un mensaje importante porque, por ejemplo, en los Estados Unidos la edad promedio estimada de inicio de demencia es de 83,7 años7 por lo que si podemos posponer la aparición de demencia por cinco años, lograremos una ganancia de esperanza de vida libre de demencia, lo que es extremadamente significativa tanto para los individuos como para sus familias. Las Directrices de la OMS, de conformidad con las conclusiones del estudio FINGER, proporcionan orientación sobre la actividad física y la nutrición las que se resumen a continuación.

1. Actividad Física: Los adultos mayores de 65 años deben hacer al menos 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada durante toda la semana. Este es el objetivo, pero empezamos desde donde estemos: tal vez con 1 minuto de actividad aeróbica de intensidad moderada. Esto podría significar caminar o bailar 1 minuto de cada hora que estemos despiertos, progresando hasta la meta final de 150 minutos durante la semana. Además, para prevenir caídas, se sugiere añadir ejercicios que mejoren el equilibrio y la postura. Si ya sufre de problemas de equilibrio, el plan podría incluir una consulta con un fisioterapeuta para personalizar los ejercicios a sus necesidades.

2. Directrices nutricionales: A todos los adultos se les recomienda una dieta sana y equilibrada, basada en las recomendaciones de la OMS para una dieta saludable.

• Frutas, hortalizas, legumbres, leguminosas (tales como lentejas, frijoles, garbanzos), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, maíz sin procesar, mijo, avena, trigo, arroz integral).

• Al menos 400g (cinco porciones) de frutas y verduras al día. Las patatas, batatas, yuca y otras raíces almidonadas no están clasificadas como frutas o verduras.

• Menos del 10% de ingesta total de energía de azúcares libres que equivale a 50g (o alrededor de 12 cucharaditas a ras) para una persona con peso corporal saludable, consumiendo aproximadamente 2.000 calorías por día, pero idealmente menos del 5% de la ingesta total de energía para beneficios adicionales para la salud. La mayoría de los azúcares libres son añadidos a alimentos o bebidas por el fabricante, cocinero o consumidor, y también se pueden encontrar en azúcares presentes naturalmente en la miel, jarabes, jugos de frutas y concentrados de jugo de frutas.

• Menos del 30% de ingesta total de energía proveniente de grasas. Las grasas no saturadas (que se encuentran en pescado, aguacate, frutos secos, girasol, canola y aceites de oliva) son preferibles a las grasas saturadas (que se encuentran en la carne grasa, mantequilla, aceite de palma y coco, crema, queso, mantequilla clarificada y manteca de cerdo) y las grasas trans de todo tipo, incluyendo tanto las grasas trans producidas industrialmente (que se encuentran en alimentos procesados, comida chatarra, “snacks”, comida frita, pizza congelada, pasteles, galletas, obleas, margarinas y queso crema) como las grasas trans de rumiantes (que se encuentran en la carne y los alimentos lácteos de animales rumiantes, como vacas, ovejas, cabras, camellos y otros). Se sugiere reducir la ingesta de grasas saturadas a menos de 10% de la ingesta total de energía y las grasas trans a menos de 1% de la ingesta total de energía. En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y deben evitarse.

• Menos de 5g de sal (aproximadamente 1 cucharadita) por día y use sal yodada.
3. Entrenamiento cognitivo y actividad social: La OMS concluyó que, para los adultos mayores, los efectos deseables de la intervención superaban los efectos secundarios indeseables y, por lo tanto, proporcionaban una recomendación condicional para la formación cognitiva. Socializar con familiares y amigos fue reconocido como un predictor de bienestar a lo largo de la vida, mientras que la soledad se asoció con tasas más altas de demencia. Sin embargo, la OMS llegó a la conclusión de que las pruebas siguen siendo demasiado inconclusas para proporcionar una recomendación específica para la formación cognitiva o la actividad social.

4. Gestión de las enfermedades cardíacas y la diabetes: debe ofrecerse a los adultos de acuerdo con las directrices existentes de la OMS.

Prevención, intervención y atención de la demencia: Informe de 2020 de la Comisión Lancet

La Comisión Lancet adopta un enfoque de vida para la prevención. En otras palabras, «nunca es demasiado pronto y nunca es demasiado tarde en el curso de la vida para la prevención de la demencia». La Comisión también hace hincapié en que la cultura, la pobreza y la desigualdad pueden ser factores clave para tener en cuenta en la lucha contra la demencia.

Desde su enfoque de curso de vida, la Comisión Lancet enumera nueve cosas que las personas y las comunidades pueden hacer para prevenir o retrasar hasta un 40% de las demencias:

1. Tratar de controlar la presión arterial alta
2. Fomentar el uso de audífonos para la pérdida auditiva
3. Reducir la exposición a la contaminación del aire y al humo del tabaco de segunda mano
4. Prevenir lesiones en la cabeza
5. Limitar el consumo de alcohol
6. Apoyar la interrupción del tabaquismo
7. Proporcionar a todos los niños educación primaria y secundaria
8. Reducir la obesidad y las condiciones relacionadas con la diabetes
9. Mejorar la calidad del sueño

Conclusiones:

Las directrices recientes de salud pública hacen hincapié en que la prevención es posible y es clave para alcanzar más años de vida libres de demencia. Las medidas preventivas recomendadas son buenas para el cerebro y son clave para una vejez más saludable. Nunca es demasiado tarde para empezar, pero es difícil romper viejos hábitos. Por lo tanto, aprender la ciencia de los «hábitos» y fortalecer nuestra autoeficacia, por ejemplo, la confianza en que podemos controlar nuestras acciones, puede ser un primer paso en nuestro plan de acción para desarrollar un cerebro más saludable a medida que continuamos añadiendo años a nuestro calendario. Kate Lorig, RN, DPH de la Universidad de Stanford ha desarrollado un programa basado en evidencia para ayudar a los adultos a hacer cambios al estilo de vida, incluso cuando viven con múltiples condiciones crónicas. El programa está disponible en 18 idiomas y se puede comenzar leyendo el libro “Tomando Control de su Salud”, disponible en formato impreso, electrónico y en formato de audio8. N

Autora: Martha Pelaez PhD. Tomado del Boletin de laAsociación De Ex Funcionarios De La OPS/OMS. vol. XXXII No.1 marzo 2021. Pag. 20-24

Bibliografía

1 Organización Mundial de la Salud (OMS). https://www.who.int/mental_health/neurology/dementia/guidelines_risk_reduction/en/: OMS: Ginebra, Suiza, 2019.

2 https://www.thelancet.com/article/S0140-6736(20)30367-6/fulltext

3 https://thl.fi/en/web/thlfi-en/research-and-expertwork/projects-and-programmes/finger-research-project

4 Rosenberg Anna, et at. «La intervención de estilo de vida multifacético beneficia a una gran población de edad avanzada en riesgo de deterioro cognitivo y demencia, independientemente de las características basales: El ensayo FINGER» Alzheimer y Demencia 14 (2018) 263-270.

5 https://www.alz.org/wwfingers/overview.asp

6 Una dislipidemia o dislipemia es un trastorno cuantitativo o cualitativo de los lípidos y lipoproteínas en la sangre.

7 Fishman, Ezra ‘Risk of Developing Dementia at Older Ages in the United States’ en Demography, 2017 Oct: 54(5) 1897-1919

8 https://www.bullpub.com/tomando-control-de-su-salud-5th-edition-g.html

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julio 14, 2020 por Dr. Parodi Deja tu comentario

El Amor en los Tiempos del COVID-19: Centrado En Cuidado de las Personas Mayores.

Parodi José Francisco, Runzer-Colmenares FM. El Amor en los Tiempos del COVID-19: Centrado En Cuidado de las Personas Mayores. Rev del Cuerpo Médico del HNAAA. 2020;13(1):84–7. https://doi.org/10.35434/rcmhnaaa.2020.131.628

 

La Pandemia por SARS-COV-2 ha revelado que tiene en sus principales afectados a las personas mayores. Pudiera ser la trama ficticia de una obra literaria, pero no lo es. Son las personas de este grupo etario los que más mueren y los que más necesidades de cuidado requieren en este momento y en el futuro, para vivir con la mejor capacidad funcional posible. Los sistemas de salud y sociales tienen un imperioso reto para afrontar lo que viene y poder garantizar los derechos del grupo poblacional de más rápido crecimiento en el Perú.

No es ficción es realidad.
No es una novela de Gabriel García Marquez(1), es real, una pandemia nos revela nuestra humanidad en lo bueno y en lo malo, nuestra salud personal en un ambiente enfermo. Una vez más, en medio de una transición epidemiólogica hacia las enfermedades crónicas y degenerativas, una enfermedad infecciosa, un virus, hace más pesada la doble carga de enfermedad sobre el sistema de salud. No es literatura, pero produce suspenso y sobretodo terror en la población más vulnerable.(2)

El protagonista principal de la historia es la Persona Mayor, no el SARS-CoV-2. Las Personas Mayores tienen mayor mortalidad ante esta infección(3). Hasta el 15 de abril del 2020 el 66% de fallecidos eran mayores de 60 años, siendo la letalidad en este grupo poblacional de 8,8 mientras que la letalidad general es de 2,2.(4) (gráfico1, tabla 1). Hoy más que nunca, las Personas Adultas Mayores, no “son como niños”, son aquellos cuyas necesidades de cuidados habituales, no estaban aún alineadas con la organización de los servicios.(5)

Tenemos que enfrentar a un nuevo enemigo casi sin armas, pero también es importante el después de la batalla.
Un virus aún sin tratamiento curativo, sin vacuna y con muchas preguntas de investigación(6) tiene su espacio y escena. En América Latina y el Caribe, hay otros protagonistas importantes: la pobreza, la falta de servicios básicos -como el agua-, el bajo nivel educativo, la soledad con abandono, la inequidad y la corrupción.(7–10) El drama se complica.

Hemos pensado en cuánto mata el virus, pero aún no hemos pensado suficiente y no tenemos cifras de cuánto de capacidad funcional puede quitarle la falta de movilidad y el mal manejo de una enfermedad aguda como COVID-19 a una Persona Mayor que la sobrevive. ¿Cuanto de capacidad intrínseca se perderá?. ¿Cuál será la carga alostática promedio que genere en una persona mayor la COVID-19? ¿Podremos recuperarla?. ¿Cómo la medicina geriátrica se podrá implementar en un sistema de salud donde muchos de los servicios ambulatorios y de recuperación funcional ven dudosa su reapertura en tiempo corto?.

Las enfermedades crónicas, especialmente las cardiovasculares, la diabetes, la hipertensión arterial y la enfermedad pulmonar crónica(6), además de algunos hábitos como antecedente de haber sido fumador(11), se han asociado a mayor mortalidad. Sin embargo, hay muchas personas sin enfermedad diagnosticada que hacen COVID-19 severa. Aún nos falta conocer cómo la fragilidad versus la multimoribilidad o la discapacidad modulan la evolución de la COVID-19 y el trayecto del curso de vida de las personas sobrevivientes(12,13).

Las Personas Mayores: Los principales protagonistas.
Tener como protagonista principal a las personas mayores significa, centrarnos en sus necesidades, en mantener su capacidad intrínseca(5,14), en optimizar los presuspuestos y procesos de ejecución de los programas sociosanitarios dirigidos a personas mayores, especialmente a los más vulnerables, mejorar el acceso a servicios domiciliarios de salud, mejorar las estrategias de pago de pensiones durante el aislamiento social, proveer la facilidades y capacitación específica a los profesionales de salud y cuidadores. Significa también, mejorar los mecanismos de coordinación para garantizar la continuidad del cuidado especialmente con las residencias para personas mayores.(15–18)

En el Perú y América Latina el número de geriatras y las cátedras de pregrado sobre envejecimiento en los profesionales de salud son insuficientes. Los servicios de geriatría de agudos, que han demostrado su eficiencia para esta población frente a los servicios de agudos de adultos, siguen siendo escasos.(5) La cobertura de vacunación para neumococo e influenza tanto en personas mayores como en sus cuidadores debe mejorar mucho.(19,20). La organización y desarrollo de cuidados de largo plazo aún es una tarea pendiente.(5,21) Probablemente muchos médicos especialistas no geriatras tendrán que colaborar en manejar personas mayores con problemas complejos y COVID-19, la mayoría de ellos, sin haber tenido un curso de Geriatría ni en pre ni en postgrado. A esto se suma la interrogante si, en esta coyuntura, tenemos tiempo y recursos para una buena práctica de la medicina geriátrica.(22) La limpieza y desinfección, lavarse las manos, la actividad y ejercicio físico, el buen sueño, el uso adecuado de medicamentos y la gestión de las emociones, surgen como las mejores prescripciones ambulatorias en este momento.(23)

La importancia de cuidar de los que cuidan.
La frase de García Marquez, “La ética… se imagina que los médicos somos de palo”.(1) En el contexto actual, puede cambiar el título a “amor a la profesión en los tiempos del COVID-19”. Juvenal Urbino, era médico y siendo una persona mayor se murió luego de una caída al exponerse a una actividad de riesgo.(1) Los profesionales de la salud, asumiendo su compromiso y concientes del riesgo de enfermar y morir, enfrentan la crisis y ayudan personas. Los servicios de salud se ven en la obligación de optimizar su procesos y equipamiento para garantizar la máxima protección física y mental de su personal.(24)

El amor es concreto y se expresa al cuidar al prójimo, en buscar activamente las necesidades de las personas mayores, especialmente de las que viven solas o con discapacidad. La solidaridad es una expresión de amor colectivo y se puede materializar a través de asumir el aislamiento social como una medida de proteger a los sistemas de salud del colapso, buscando aplanar la curva de la epidemia. Es superar el egoismo personal, sabiendo que el 80% de los que se infectan pueden no hacer complicaciones(6); al vencer la idea de “cuanto más rápido me contagio y me curo, me libero y sigo mi vida”.

Florentino Ariza y Fermina Daza sin estar con cólera se quedan aislados en un barco por amor(1). Nos toca a nosotros como cuidadanos hacer lo propio y respetar el aislamiento social. Los profesionales de salud, sabiendo que “el verdadero amor debe llevar a hacer el bien (…), a ensuciarte las manos en las obras de amor”(25), tendremos que desembarcar y actuar como verdaderos médicos; y los sistemas de salud tendrán que hacer todos los esfuerzos para garantizar las mejores condiciones para nuestra labor.

Lo que no deberíamos dejar de garantizar.
El respeto a los derechos es una expresión de amor a la humanidad. La no discriminación y la toma de decisiones guiados por la capacidad funcional habitual debe ser el factor clave en el acceso a servicios hospitalarios de agudos, unidades de cuidados intensivos y el uso de ventiladores mecánicos. Pero además, las personas mayores con poca capacidad intríseca y funcional, no deben quedar abandonados sin tratamiento. Se debe garantizar el acceso a cuidados paliativos según corresponda.(26) Como el sentido común no es suficience, la Convención sobre la Protección de los Derechos Humanos de la personas mayores surge como uno de los principales instrumentos de política para sostener estas afirmaciones.(27)

“El terromoto” nos sorprendió en una estructura precaria y nos queda como opción gestionar el pánico, atender a los heridos y el manejo de la postcrisis para modular el desenlace. En el Perú el presupuesto en salud del 2020 es 2.3% del Producto Bruto Interno y la capacidad de ejecución del presupuesto en salud del 2019 fue menor al 50%.

“Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Aún falta por escribir el final de esta historia, pero la estamos escribiendo todos. Esperamos el mejor final posible.

Conclusión
Las personas mayores son la población más vulnerable ante la Pandemia de COVID-19. En momentos de crisis el centrar la atención en las particularidades de la persona mayor, en la optimización de la capacidad funcional y en la no discriminación por edad también se deben tener en cuenta en el diseño de las políticas públicas, los servicios de servicios de salud y los de plances de cuidado, en el camino hacia un envejecimiento saludable.

 

Love in the Times of COVID-19: Centered in Older Persons Care

(English version).

The SARS-VOC-2 Pandemic has revealed that it has elderly people among its main victims. It could be the fictional plot of a literary work, but it is not. It is the people in this age group who die the most and who need the most care at this time and in the future, to live with the best possible functional capacity. The health and social systems have an urgent challenge to face what is to come and to guarantee the rights of the fastest growing population group in Peru.

It is not fiction, it is reality.
It is not a Gabriel García Marquez novel (1), it is real, a pandemic reveals our humanity in good and bad, our personal health in a sick environment. Once again, in the midst of an epidemiological transition to chronic and degenerative diseases, an infectious disease, a virus, weighs the double burden of disease on the health system. It is not literature, but it produces suspense and especially terror in the most vulnerable population. (2)

The main character in the story is the Elder Person, not the SARS-CoV-2. The Elderly have higher mortality from this infection (3). As of April 15, 2020, 66% of the deceased were over 60 years of age, the case fatality in this population group being 8.8, while the general case fatality rate was 2.2. (4) (Graph 1, Table 1). Today more than ever, Older Adults are not «like children», they are those whose usual care needs were not yet aligned with the organization of services. (5)

We have to face a new enemy almost without weapons, but after the battle is also important.
A virus still without curative treatment, without vaccine and with many research questions (6) has its space and scene. In Latin America and the Caribbean, there are other important protagonists: poverty, the lack of basic services -such as water-, the low educational level, loneliness with abandonment, inequity and corruption. (7–10) The drama is complicates.

We have thought about how much the virus kills, but we have not thought enough yet and we do not have figures of how much functional capacity can take away the lack of mobility and mismanagement of an acute disease like COVID-19 from an Elderly Person who survives it. How much of intrinsic capacity will be lost? What will be the average allostatic load that COVID-19 generates in an older person? Can we get it back ?. How can geriatric medicine be implemented in a health system where many of the outpatient and functional recovery services see its reopening in a short time as doubtful?

Chronic diseases, especially cardiovascular diseases, diabetes, high blood pressure and chronic lung disease (6), in addition to some habits as a history of smoking (11), have been associated with higher mortality. However, there are many people without diagnosed disease who do severe COVID-19. We still need to know how fragility versus multimorbidity or disability modulates the evolution of COVID-19 and the course of the life course of survivors (12,13).

The Older Adults: The main protagonists.
Having older people as the main protagonist means, focusing on their needs, maintaining their intrinsic capacity (5,14), optimizing the budgets and execution processes of social and health programs aimed at older people, especially the most vulnerable, improving access to home health services, improve pension payment strategies during social isolation, provide facilities and specific training for health professionals and caregivers. It also means improving coordination mechanisms to guarantee continuity of care, especially with nursing homes. (15–18)

In Peru and Latin America the number of geriatricians and undergraduate chairs on aging in health professionals are insufficient. Acute geriatric services, which have been shown to be efficient for this population compared to adult acute services, remain scarce. (5) Vaccination coverage for pneumococcus and influenza in both older people and their caregivers should greatly improve. . (19,20). The organization and development of long-term care is still a pending task. (5,21) Many non-geriatric specialist doctors will probably have to collaborate in managing elderly people with complex problems and COVID-19, most of them, without having had a Geriatrics course neither in pre nor in postgraduate. Added to this is the question whether, at this juncture, we have time and resources for a good practice of geriatric medicine. (22) Cleaning and disinfection, hand washing, physical activity and exercise, good sleep, proper use medication and emotion management emerge as the best outpatient prescriptions at this time. (23)

The importance of caring for those who care.
García Marquez’s phrase, «Ethics … imagine that we doctors are wooden.» (1) In the current context, you can change the title to «love of the profession in the days of COVID-19″. Juvenal Urbino, was a doctor and as an older person he died after a fall when exposed to risky activity. (1) Health professionals, assuming their commitment and aware of the risk of getting sick and dying, face the crisis and help persons. Health services are obliged to optimize their processes and equipment to guarantee maximum physical and mental protection for their personnel. (24)

Love is concrete and is expressed by caring for others, by actively seeking the needs of older people, especially those who live alone or with disabilities. Solidarity is an expression of collective love and can be materialized through assuming social isolation as a measure to protect health systems from collapse, seeking to flatten the curve of the epidemic. It is to overcome personal selfishness, knowing that 80% of those who become infected may not make complications (6); by defeating the idea of ​​»the faster I get infected and heal, I free myself and continue my life.»

Florentino Ariza and Fermina Daza without being in anger are isolated in a boat for love (1). It is up to us as citizens to do the same and respect social isolation. Health professionals, knowing that «true love must lead to doing good (…), to getting your hands dirty in the works of love» (25), we will have to disembark and act as true doctors; and health systems will have to make every effort to guarantee the best conditions for our work.

What we should not fail to guarantee.
Respect for rights is an expression of love for humanity. Non-discrimination and decision-making guided by habitual functional capacity should be the key factor in access to hospital acute care services, intensive care units and the use of mechanical ventilators. But also, older people with little intrinsic and functional capacity should not be abandoned without treatment. Access to palliative care should be guaranteed as appropriate. (26) As common sense is not sufficient, the Convention on the Protection of the Human Rights of Older Persons emerges as one of the main policy instruments to sustain these claims. ( 27)

“The earthquake” surprised us in a precarious structure and we are left with the option of managing panic, treating the wounded and managing the post-crisis to modulate the outcome. In Peru, the 2020 health budget is 2.3% of the Gross Domestic Product and the capacity to execute the 2019 health budget was less than 50%.

«A people that does not know its history is condemned to repeat it.» The end of this story remains to be written, but we are all writing it. We hope for the best possible ending.

Conclusion
Older people are the most vulnerable population in the face of the COVID-19 Pandemic. In times of crisis, focusing attention on the particularities of the elderly, optimizing functional capacity and non-discrimination based on age should also take into account in the design of public policies, health services and those of care plans, on the road to healthy aging.

 

1. Barriga Villanueva R. El amor en los tiempos del cancionero. [16o ed.]. Mondadori, editor. Vol. 65, Caravelle. Barcelona (sp): Mondadori; 1995. 39–62 p.
2. World Health Organization. Mental health and psychosocial considerations during the COVID-19 outbreak, 18 March 2020. No. WHO/2019-nCoV/MentalHealth/2020.1). World Health Organization. 2020.
3. Wu Z, McGoogan JM. Characteristics of and Important Lessons from the Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Outbreak in China: Summary of a Report of 72314 Cases from the Chinese Center for Disease Control and Prevention. JAMA – J Am Med Assoc [Internet]. 2020 Feb 24 [cited 2020 Mar 19]; Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32091533
4. MINSA – Centro Nacional de Epidemiologia y Control de Infecciones. Situacion Actual “COVID-19” [Internet]. Lima; 2020. Available from: https://covid19.minsa.gob.pe/sala_situacional.asp
5. Organización Mundial de la Salud. Informe Mundial sobre El Envejecimiento y la Salud. Vol. XXXIII, Informe Mundial OMS. 2012. p. 1–252.
6. Cascella M, Rajnik M, Cuomo A, Dulebohn SC, Di Napoli R. Features, Evaluation and Treatment Coronavirus (COVID-19) [Internet]. StatPearls. StatPearls Publishing; 2020 [cited 2020 Apr 5]. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32150360
7. Palloni A, McEniry M. Aging and health status of elderly in Latin America and the Caribbean: Preliminary findings. J Cross Cult Gerontol. 2007 Sep;22(3):263–85.
8. Knighton AJ, Joy E, Moore M. Addressing Social Determinants to Improve Community Health. Qual Manag Health Care [Internet]. 2018 Dec 2 [cited 2019 Dec 4];27(1):58–60. Available from: https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2757035
9. Hopman J, Allegranzi B, Mehtar S. Managing COVID-19 in Low- and Middle-Income Countries. JAMA – J Am Med Assoc [Internet]. 2020 Mar 16 [cited 2020 Mar 18]; Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32176764
10. Armitage R, Nellums LB. COVID-19 and the consequences of isolating the elderly. Lancet Public Heal [Internet]. 2020;2667(20):30061. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/32199471
11. Vardavas C, Nikitara K. COVID-19 and smoking: A systematic review of the evidence. Tob Induc Dis. 2020;18(March).
12. Abizanda P, Romero L, Sanchez-Jurado PM, Martinez-Reig M, Alfonso-Silguero SA, Rodriguez-Manas L. Age, frailty, disability, institutionalization, multimorbidity or comorbidity. Which are the main targets in older adults? J Nutr Heal Aging [Internet]. 2014 [cited 2017 Sep 17];18(6):622–7. Available from: http://search.proquest.com/openview/7accc13d85f5c0bfad254c54937fd915/1?pq-origsite=gscholar&cbl=28850
13. Landi F, Liperoti R, Russo A, Capoluongo E, Barillaro C, Pahor M, et al. Disability, more than multimorbidity, was predictive of mortality among older persons aged 80 years and older. J Clin Epidemiol [Internet]. 2010 Jul [cited 2018 Jul 23];63(7):752–9. Available from: http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0895435609003011
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febrero 27, 2015 por Dr. Parodi 21 comentarios

¿Cuidados del adulto mayor? ¿Qué pide para ser feliz?

He pensado mucho sobre cuál sería el primer “post” para este blog. Mi primera elección era, desde luego, el explicar por qué hago esta web y la necesidad de la “alfabetización” en temas de salud en la sociedad… Pero encontré esto sobre los cuidados del adulto mayor para hacerlo feliz, que escribió MI AMIGA Eugenia. Confieso que me había comprometido con ella a difundirlo y no lo había hecho. Un día que llegué a verla ella misma lo había escrito y me dijo: «por favor doctor esto tienen que saberlo las cuidadoras, a veces nadie se lo dice y para mí son cosas muy importantes para ser feliz».

Podría contarles cómo la conocí, que me llamaron para hacer cuidados paliativos con ella, que ha sido el caso de hipotiroidismo con TSH más alta que he visto en mi vida de médico (lo que a veces llamamos “un casote”), de cómo se recuperó y descubrió ella misma lo que algún alma enferma hacía, sin su consentimiento, con su dinero. Eugenia no tenía hijos, vivía con una acompañante en su departamento hasta se fue a la otra vida. Su partida fue rápida y digna como ella siempre lo pedía. Les podría contar de sus sobrinas, les podría contar de ella como ejemplo que se puede envejecer mentalmente bien, les podría contar de la fundación que promovió en EEUU, pero conociéndola se calló muchas de sus obras ayudando a otras personas y me quedaría corto. De todas formas para mi NO es lo importante, aprendí muchas cosas con ella, conversamos mucho, cuánto me hizo reflexionar. Descubrí que a pesar de los años todavía podía soltar una lágrima por un paciente que se iba. Una vez que fui a verla y me entregó en un papel esto que les copio. “Es un mensaje para las personas que cuidan o desean cuidar un Adulto Mayor dependiente, es lo que pensamos, tienen que conocerlo aunque a veces no podemos o sabemos decirlo”, me dijo. Ha pasado un tiempo desde esto, y lo vuelvo a leer. Perfectamente debería estar como material docente para cualquier curso de geriatría y gerontología o de personas que desean dedicarse a los cuidados del adulto mayor. Definitivamente lo voy a usar. Sólo hace falta leer, digerir lo que dice cada frase y no necesita más comentarios

CUANDO ME CUIDAS ME HACES FELIZ (Por Eugenia González, 90 años y más)

  1. MEDICINAS sólo las que el Doctor diga.
  2. Esperar a que uno se despierte, porque cuando me duermo me olvido de todo.
  3. Agradezco los desagradables servicios prestados, decir “por favor” y “gracias”.
  4. Baño con cariño y ayuda.
  5. Desayuno agradable con frutas y jugo.
  6. No ver noticias desagradables, nada de niños sufriendo o adultos matándose o robos.
  7. Caminar dentro de la casa o aún mejor al aire libre.
  8. No conversaciones sobre enfermedades, y menos de cáncer, tumores o muertes.
  9. Respetar el deseo de recibir visitas o no.
  10. Preguntar qué desea comer la persona que cuido, y recordar que, en algunos casos, la dentadura limita los menús.
  11. Ayudar y sugerir con cariño si uno puede cooperar.
  12. Tomar de la mano a la persona que cuidamos; ES MUY IMPORTANTE.
  13. Considerar que aunque sea un adulto mayor debe tomárselo en cuenta.

Querida Eugenia sigo aprendiendo de ti y por lo menos esta vez si cumplí al publicar tu pedido.

Un abrazo hasta el cielo.

Pepe Pancho.

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El Dr. José Francisco Parodi García es profesor de Geriatría y Salud Pública de la Universidad San Martín de Porres en pre y post grado. Es además Director del Centro de Investigación de Envejecimiento– CIEN de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad San Martín de Porres. Conoce más…

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